Las cosas cambian por la nanotecnologia

Cuando en 1959 Richard Feynman –el premio Nobel de física de 1965– afirmó ‘hay mucho espacio en el fondo‘, pocas personas avizoraron sus implicancias. Recién años después, las primeras incursiones en la nanotecnología hicieron posible reconocer la dimensión de aquella afirmación memorable, revelando el potencial de los materiales desarrollados a escala nanométrica.

La nanotecnología –también llamada ingeniería molecular– se dedica al estudio y desarrollo de elementos de dimensiones atípicas, dimensiones que para el ojo humano sólo son visibles a través de las imágenes digitalizadas obtenidas por microscopios de alta resolución.

Sin dudas, la nanotecnología está ocupando un lugar fundamental en los diversos sectores de la industria, aportando a la competitividad. Con ella podemos cambiar las cosas y los objetos. En la manipulación a escala nanométrica, los átomos y las moléculas desarrollan propiedades nuevas que dan lugar al nacimiento y aplicación de distintos materiales y sistemas. La importancia de esto se percibe en los incesantes avances científicos.

En nuestra vida cotidiana, sus aplicaciones están cada vez más presentes a través de múltiples disciplinas. Se está experimentando con sistemas que permiten la purificación, desalinización y reciclado del agua; en óptica se la utiliza para aumentar la resistencia de los cristales de anteojos; en las tecnologías visuales resulta beneficiosa para la producción de pantallas. En el campo de la medicina, los usos de la nanotecnología son múltiples: control medioambiental y productos químicos y farmacéuticos con nanopartículas capaces de interactuar con agentes patógenos microscópicos. Estos desarrollos son la resultante de la cooperación de equipos multidisciplinarios internacionales con el apoyo de industrias, universidades y centros de investigación.

De acuerdo con datos de la Organización de los Estados Iberoamericanos, el crecimiento de la investigación en materia de nanotecnología es indiscutible y se refleja en el aumento de actividades para intercambiar conocimientos sobre el tema, y en “la consolidación de redes entre los países iberoamericanos, que ofrecen un espacio muy fértil para el crecimiento de los grupos de investigación”.

Para el 2016, se pronostica que se producirá un marcado crecimiento del mercado a raíz de una mayor penetración de los nanomateriales existentes y del continuo desarrollo de nuevos materiales. Estas perspectivas generan un evidente interés, tanto a nivel privado como público, lo que favorece las inversiones en investigación que propician su crecimiento exponencial en varios mercados de consumo, tales como los de electrónica, cosmética, biomedicina y alimentación.

En Argentina, especialmente en la Provincia de Buenos Aires, con la instalación de Unitec Blue en Chascomús y 3M en Escobar se avanza en la innovación sobre este tema en el marco de una política llevada adelante por el Gobernador Daniel Scioli y enmarcada en los trazos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.

Los productos basados en nanotecnología están llegando con fuerza al mercado consumidor. Es posible que muy pronto vivamos otra importante revolución industrial que producirá un cambio radical en el mundo, con un sustancial impacto en la humanidad, las economías y los países, pues la fabricación molecular reemplazará a una parte de la producción industrial.

Lo que aún queda por establecer es si este gran potencial, que es la nanotecnología, será aprovechado para mejorar la calidad de vida humana o para su destrucción, ya que sus usos para bien y para mal son ilimitados. Al respecto, el Center for Responsible Nanotechnology introduce el concepto de nanotecnología responsable, advirtiendo que es requisito una gestión responsable de esta tecnología emergente.

Es un imperativo investir el tema de la nanotecnología con los rayos de nuestra atención y seguir promoviéndola, especialmente desde el Estado, junto con la biotecnología y las tecnologías de la información y la comunicación. Debemos incentivar un mayor intercambio entre la comunidad científico-académica, el mundo de la política y el sector empresario, con el propósito de articular visiones compartidas sobre el futuro.
Mientras, las cosas irán cambiando, desde adentro, sin que lo veamos, por lo menos con nuestros ojos.

Fuente: El Cronista