Las Pymes y el fin del cepo

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El levantamiento del “cepo cambiario” es una buena noticia para las PYMES, porque busca quitarle incertidumbre a la economía, y eso podría permitir recuperar la confianza de los consumidores, acelerar las inversiones productivas frenadas por las empresas, y reducir la burocracia en muchas operatorias cotidianas (como la normalización de los pagos al exterior de las empresas o la agilización de las importaciones de insumos).

Era difícil funcionar con tantos tipos de cambios y con tantos agentes especulando con la divisa. Además, para muchas economías regionales e industrias del país, el peso había quedado demasiado sobrevaluado, dificultando la exportación y generando amenazas de invasión de importaciones que estaban siendo contenidas con una política de comercio exterior muy estricta.

 

Sin embargo, como toda medida que apunta a corregir distorsiones, tiene altísimos riesgos, y de cómo se los enfrente, dependerá su éxito o fracaso. A saber:

 

  • Para evitar la huida al dólar al levantar el cepo, el BCRA liberó las tasas de interés, convalidando subas muy fuertes. Eso podría encarecer el crédito a empresas y consumidores.

Para evitarlo: el Banco Central debería regular las tasas de financiamiento, porque de lo contrario se frenará el consumo y se incrementarán los costos financieros de las PYMES, aumentando los riesgos de ir hacia una recesión generalizada.

  • El mercado posiblemente encuentre un primer equilibrio con un dólar alrededor de los $14, lo que significa una devaluación importante frente al dólar oficial, que aumentará los costos de muchos insumos importados. Habrá que evitar seriamente que el traslado a precios se vaya por encima de lo que corresponde, porque de suceder, el efecto de la medida quedará anulado y afectaría el salario en pesos de los trabajadores.
    Para evitarlo: el gobierno debe controlar las marcaciones en los formadores de precios, que son grandes grupos monopólicos u oligopólicos, y también en las grandes cadenas de comercialización minorista (hipermercados). En las últimas semanas, esos agentes realizaron subas abusivas anticipadas, demostrando su bajo compromiso con el bienestar del país.
  • Un precio que se verá afectado con la devaluación, es el gas oil, que de aumentar impactará fuerte sobre el productor regional, donde ese insumo tiene alta incidencia.

El gobierno deberá aplicar compensaciones adicionales para contener eventuales incrementos, sobre todo teniendo en cuenta la crisis por la que atraviesan muchas economías regionales.

  • Para levantar el cepo, el gobierno reforzó las reservas internacionales, endeudándose fuertemente. La Argentina en adelante está obligada a tener una macroeconomía prolija, y eso requiere de un sistema productivo muy fuerte. Porque de lo contrario, volveremos a las épocas del riesgo país alto y los condicionamientos ortodoxos de los organismos de crédito que tanto mal le hicieron a la Argentina.
    Para lograrlo: hay que darle eficiencia al gasto, mejorar el sistema de recaudación y sobre todo, darle un perfil productivista y desarrollista a la economía para generar recursos propios y no ingresar en un nuevo ciclo de dependencia del crédito externo.
  • Muchas PYMES tienen deudas en dólares pendientes por importaciones de productos que fueron cotizados a los clientes locales a un dólar menor a $10. La suba del tipo de cambio generará muchas dificultades y costos para pagar.
    Para evitar pérdidas en pequeñas y medianas empresas que ya vienen con su rentabilidad resentida, el gobierno debería atender esos casos especiales, generando algún tipo de compensación para la cancelación de esos pagos.
  • El levantamiento de las restricciones para ingresar capital especulativo, por un lado aumentará la oferta de dólares lo que ayudará a contener el aumento del tipo de cambio y podría generar mayor disponibilidad de financiamiento. Pero el libre ingreso y salida de capitales también incrementa los riesgos de tener eventos de inestabilidad financiera, como ya ha ocurrido tantas veces en el país, cuando los capitales huyen o se dirigen a movimientos especulativos y no a financiar la producción.

    Los capitales financieros siempre buscan optimizar ganancias sin evaluar daños colaterales. El gobierno deberá establecer mecanismos regulatorios para que no terminen en maniobras meramente especulativas ni atenten contra la estabilidad del país frente a cualquier suceso. Porque eso provocaría daños enormes sobre las empresas y la economía general. Además, habrá que buscar que esos fondos se dirijan a financiar la inversión re-productiva.

    El levantamiento del cepo era una medida necesaria. También el sinceramiento cambiario. Pero ese reacomodamiento genera tensiones y movimientos de precios inevitables que habrá que morigerar. Para que el impacto de las medidas anunciadas sea realmente positivo, se necesita del compromiso de todos los sectores y actores económicos. Las economías no funcionan sobre la base de la especulación, ni de la defensa de sectores o intereses individuales. Funcionan sobre la base de una producción fuerte y del beneficio colectivo. Sólo yendo en ese camino el país podrá salir adelante.

Fuente: CAME